Hágase la luz | El Correo

2022-09-23 17:38:22 By : Mr. Tao Liu

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Esther Blanco posa en la Estación Marina de Plentzia con el prototipo de su sistema de iluminación para cultivos de algas. / pankra nieto

Hace ya mucho que en la ardua tarea de encontrar fuentes de alimentación que puedan ser alternativas sostenibles a algunas de las tradicionales, los investigadores se fijaron en el potencial de las microalgas. Con ellas hoy ya se elaboran desde piensos y forrajes para ganado a harinas ricas en Omega-3 y lípidos para consumo humano, pasando por complementos vitamínicos. Eso sin olvidarnos de su uso más convencional en la acuicultura como parte esencial de la alimentación de moluscos bivalvos o su utilidad en otros sectores como la cosmética, donde son muy valoradas por sus propiedades antioxidantes.

Todo un mundo de posibilidades para estos microorganismos en torno a los que la 'startup' vizcaína Basque Algae and Engineering Aplication (BAEA) quiere crear «el ecosistema biotecnológico necesario para conseguir la excelencia en su cultivo y abastecer las iniciativas que, estamos seguros, irán surgiendo en el sector agroalimentario vasco relacionadas con las microalgas. El estudio de sus aplicaciones está ya muy avanzado, pero la puesta en marcha de muchas de las iniciativas que ya se ven posibles está muy condicionada por el propio cultivo de las microalgas, que todavía no es rentable y aún requiere de una optimización para poder realizarse a gran escala». Así lo explica Esther Blanco, cofundadora de la firma, que tiene su origen en el Centro de Investigación en Biología y Biotecnología Marinas Experimentales de la Universidad del País Vasco. En el PiE, la Estación Marina de Plentzia, para entendernos.

Haciendo un guiño a la moda tecnológica, han decidido llamar ' Algaverso' a ese ecosistema en ciernes que ellos ya están desarrollando con dos primeras líneas de trabajo: una tecnológica, destinada a crear las herramientas que permitan mejorar (y abaratar) los cultivos de las microalgas; y otra biológica, que en un futuro investigará su uso en la descarbonización. La más avanzada es la primera, donde están a la espera de la patente nacional de su sistema de iluminación automatizado. Aquí está además el origen de BAEA, que surgió a partir de un experimento frustrado antes de empezar de Blanco, que es profesora en la UPV de Biología Celular.

«El año pasado quisimos observar el desarrollo de las microalgas en unas condiciones de luz determinadas, por lo que tenían que ser controladas. Pero a pesar de que el cultivo ya tiene un mercado relativamente asentado en países de nuestro entorno, y que además está impulsado desde las administraciones europeas, fuimos incapaces de encontrar en el mercado un sistema de iluminación que se ajustara exactamente a lo que necesitábamos. Se lo comenté al que ahora es mi socio, que es ingeniero industrial, y se puso a diseñar lo que acabó siendo el prototipo que nos animó a crear la empresa», recuerda Esther Blanco.

Resumiendo mucho, el sistema creado por la firma constaría de unas tiras de luces LED que, a través de una aplicación móvil, se podrían controlar continuamente una a una. Es decir, se puede determinar de qué color es la luz que tienen que emitir y con qué potencia han de hacerlo en cada momento para favorecer su crecimiento . «Cada especie tiene sus propias características y necesidades, pero ya está comprobado que controlando las condiciones de luz a las que se exponga, se puede estimular que una microalga en concreto produzca más cantidad del activo que pueda interesar a una industria determinada para desarrollar un producto», explica.

El sistema patentado por la 'startup' vizcaína es modular y totalmente personalizable de acuerdo a las especificaciones de cada cliente, por lo que «es adaptable a cualquier incubador o instalación que ya pueda estar funcionando» y está ya en el mercado desde junio de este año. Gracias a él, la firma espera lograr en los próximos doce meses una facturación de 200.000 euros.

Ahora busca una financiación de 250.000 para industrializar su fabricación y presentarlo en ferias. Para captarlos acude los próximos días 18 y 19 de octubre a B-Venture, el evento de 'startups' organizado por EL CORREO con el patrocinio del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. Y la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBVA y la Universidad de Deusto.

Ingeniería dedicada a mejorar las condiciones de cultivo de las microalgas utilizadas por otras industrias.

Uno de los de los mayores retos del planeta es reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Y en BAEA creen que también ahí las microalgas podrían tener mucho que decir, ya que a través de la fotosíntesis estos microorganismos transforman el dióxido de carbono en oxígeno. «De hecho, está comprobado que en ese proceso son más eficientes que los árboles», explica Esther Blanco.

En su segunda línea de trabajo, la biológica, la 'startup' quiere crear un prototipo que permite inyectar ese CO2 a un cultivo de microalgas, de modo que al instalarlo en la salida de humos de una pequeña o mediana empresa puede lograr que el CO2 que ésta liberaría vaya a parar al cultivo -una especie de vivero-, donde será transformado en oxígeno por los microorganismos. Parte de la financiación que ahora busca persigue precisamente desarrollar ese prototipo.